El Nuevo Hollywood: rebeldes, outsiders y antisistemas

Desde finales de los 60 hasta principios de los 80 el Nuevo Hollywood imperó en la industria cinematográfica estadounidense. Considerada por muchos historiadores del séptimo arte, cineastas, críticos y cinéfilos, como la etapa más prolífica y efervescente de creación fílmica en Estados Unidos.

Martin Sheen en «Apocalypse Now», 1979, obra cumbre del Nuevo Hollywood.

El Nuevo Hollywood es un período de transición, incentivado por una serie de aspectos socioculturales y políticos que favorecieron su desarrollo. Dividiremos en dos apartados las fases que lo conformaron. Y que es aún calificada por muchos profesionales del sector, como de la de mayor libertad creativa jamás vista en el sistema de estudios estadounidense.

La caída del Código Hays

Un factor determinante para la constitución del Nuevo Hollywood, y que es sin duda la antesala del mismo. El Código Hays o de Censura Cinematográfica, vigente desde 1930, había empezado a desmoronarse desde que subversivamente emanara el cine independiente norteamericano.

Peter Fonda pasó a representar al outsider por antonomasia desde que protagonizase «Ángeles del infierno», 1966.

Otros factores potenciaron el Nuevo Hollywood como: la liberalización sexual de la mujer, la caída del conservadurismo, el movimiento de los derechos civiles, el verano del amor, la Guerra de Vietnam… Elementos indisociables de la crisis de valores que estaba viviendo la sociedad norteamericana en aquel momento.

Por supuesto, también hubo una serie de films que sirvieron de base previa a la irrupción del Nuevo Hollywood. Tales como “Los ángeles del infierno”, de Roger Corman, o “La jauría humana”, de Arthur Penn, ambas de 1966. Este último, sería de hecho, el que echaría la puerta abajo sobre la censura con “Bonnie & Clyde”, contribuyendo a ello también “El graduado”, de Mike Nichols, también estrenada en 1967.

Además de dar a conocer a Dustin Hoffman, supuso uno de los grandes hitos de finales de los 60 y que rompía con la idea de que para ser actor, era preciso ser atractivo.

¿Tuvo algo que ver la influencia europea en la conformación del Nuevo Hollywood? François Truffaut hizo aportaciones a Robert Benton y David Newman, guionistas de “Bonnie & Clyde”, y hasta se ofreció a Jean-Luc Godard dirigirla. Paradójico, que fueran dos miembros de la Nouvelle Vague, reivindicadores de cineastas como Ford o Hawks, los que hicieran lo propio con directores de aquel momento.

El cómico y violento film acerca de la famosa pareja de atracadores, fue determinante para la instauración del Nuevo Hollywood.

Los chicos malos del Nuevo Hollywood

Una joven generación de directores moldeó un movimiento propio. Sustentados por un mayor control sobre sus proyectos, los directores del Nuevo Hollywood utilizaron su libertad y seguridad financiera para producir cintas estimulantes e inspiradoras.

«Luna de Papel», de Bogdanovich, 1973, es uno de los máximos exponentes del Nuevo Hollywood de los 70.

A esta generación del recién inaugurado Nuevo Hollywood, por su enfoque de corte europeísta y transgresor, con hálito renovador, se les conoció como The Bad Boys. Tendríamos tres exponentes que cimentarían al grupo: William Friedkin, Peter Bogdanovich y Francis Ford Coppola.

Friedkin se especializó en ser un transgresor con films de temática tabú, como la homosexualidad en “Los chicos de la banda”, 1969. Renovó el thriller policial con “The French Connection”, 1971, y alcanzando la consolidación con “El Exorcista”, 1973, elevando el género de terror a cotas nunca antes vistas.

Friedkin (izda.) y Gene Hackman (izda.) durante el rodaje de «The Frech Connection».

Bogdanovich se centró más en su interés por el medio rural. “La última película”, 1971, o “Luna de papel”, 1973, son excelentes ejemplos, historias que, además, siempre transcurrían en un contexto histórico no actual.

Ford Coppola, al igual que Martin Scorsese, eran protegidos de Corman, el maestro de la Serie B multigenérica. Nada que ver con la corriente indie intimista que representaba John Cassavetes. Junto con los anteriores, dirigieron las más exitosas, arriesgadas y ambiciosas producciones del Nuevo Hollywood como “El Padrino”, 1972 o “Malas calles”, 1973, respectivamente, interesándose en otorgar aire fresco al género criminal.

De Niro (izda.), Scorsese (ctro.) y Keitel (drcha.), durante el rodaje de «Malas calles».

No podemos obviar, también a aquellos que fueron, por así decirlo, los encargados de derribar los cimientos del Nuevo Hollywood: Steven Spielberg y George Lucas. Amigos de Coppola y Scorsese (el primero produjo el primer film de Lucas), no menos transgresores, constituyeron hitos hasta entonces nunca vistos con “Tiburón”, 1975 y “La Guerra de las Galaxias”, 1977. Estos films, aunque igualmente provocadores y transgresores, a su manera, configuraron el blockbuster, volviendo a poner patas arriba la industria cinematográfica.

27/06/2022

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