5 claves antes de preparar tu cortometraje

Hay una serie de aspectos que muchos estudiantes de cine no tienen en cuenta a la hora de embarcarse en la producción de su primer cortometraje. Con el fin de evitaros unos cuantos errores y decepciones, y ya de paso, para que ahorréis en tiempo y salud, os presento 5 claves fundamentales antes de preparar vuestro cortometraje. Cuestiones que he tenido que aprender en los más de diez cortometrajes que he realizado hasta la fecha y que espero que vosotros descubráis mucho antes.   

1ª/ Clave: Decide qué cortometraje quieres hacer

Tres motivos principales son los que definen el por qué alguien, sea o no estudiante de cine, se embarca en la tarea de producir un cortometraje, también pondremos un ejemplo en cada caso:

  • Carta de presentación o Reconocimiento: demostrar que se es capaz de narrar una historia audiovisualmente.

Ejemplo: ‘Un perro andaluz’ (Un chien andalou), de Luis Buñuel, 1929, fue un cortometraje realizado por el director para demostrar su valía como cineasta dentro de la corriente surrealista.

  • Proyecto Académico: realizar un trabajo final de Escuela o Universitario.

Ejemplo: ‘The Big Shave’, de Martin Scorsese, 1967, se trató de un trabajo de final de carrera en la Tisch School of the Arts, de la Universidad de Nueva York.

‘The Big Shave’, de Martin Scorsese, 1967
  • El Corto-Largo: llegar a poder hacer una historia más grande.

Ejemplo: ‘Madre’, de Rodrigo Sorogoyen, 2017, fue un cortometraje concebido como parte de una estrategia para poder conseguir la financiación del largometraje posterior de 2019.

Cualquiera de estos motivos puede estar ligado perfectamente al tipo de cortometraje que se haga, pero hay que hacer una distinción importante entre un cortometraje «Legal» y uno de «Aprendizaje»:

  • El «Legal» es aquel en el que, aunque el equipo técnico y artístico no cobre, se entiende que el productor (habitualmente director y guionista del mismo), asume la responsabilidad de inscribirse en el ICAA para dar de alta a todos los integrantes del proyecto con el fin de crear industria. Es un cortometraje pensado para una distribución en festivales oficiales y calificadores de los Goya, y que aspira a entrar en el mercado audiovisual.
  • El de «Aprendizaje» puede ser un trabajo de escuela, y que  esta misma luego respalde una distribución seria del proyecto por festivales oficiales, dado que la escuela o universidad ejerce como productora en este caso y se ha comprometido en ese sentido con sus alumnos. Así que en ese sentido, pasaría también a ser un cortometraje «Legal».

Sin embargo, frecuentemente tiende a ser un cortometraje realizado fuera de la Escuela o Universidad, con amigos que quieren experimentar en la producción audiovisual, y cuyo equipo puede estar experimentado y ser profesionales, pero no aspiran a una distribución oficial ni a insertarse dentro del mercado audiovisual.

2ª/ Clave: El presupuesto no limita, pero condiciona

“La gente olvida que hay una relación simbiótica en la industria del cine, es necesario hacer películas que recauden mucho dinero para financiar las que no lo hacen.”

George Lucas.

Y parafraseo a un colega de profesión: “En la Nouvelle Vague se hacían películas con cero presupuesto, pero porque precisamente el poco presupuesto se destinaba al alquiler de la cámara y de las lentes.”

Hay una idea cuanto más romantizada en la actualidad que bebe del espíritu de John Cassavetes, considerado históricamente como el padre del cine independiente, encontrándose su referente más actualizado en la corriente Mumblecore, emergida del cine digital.

La realidad es que sea un cortometraje «Legal» o de «Aprendizaje», el presupuesto jamás limitará la creatividad en lo que se quiera transmitir a través del lenguaje cinematográfico que dominéis, ni de la historia que se quiera contar. Pero el presupuesto condicionará hasta dónde puede llegar esa creatividad con lo que se tiene.  Y por supuesto, la frase de Lucas al principio, es una absoluta verdad, y en ello podemos comprobarlo con dos ejemplos de cortometrajes muy distintos, ambos nominados este año a los Goya:

  • ‘Xiao Xian’, de Jiajie Yu, 2019 (17 mín.): se trata de un cortometraje de Escuela, un trabajo final de Máster de su director en el prestigioso Centro Internacional de Fotografía y Cine (EFTI). Es un drama erótico de corte intimista que cuenta con 3 intérpretes.
  • ‘Maras’, de Salvador Calvo, 2019 (23 mín.): es un trabajo realizado por un director de larga trayectoria televisiva y con dos largometrajes a sus espaldas (‘Adú’ y ‘1895: Los últimos de Filipinas’). Además, cuenta con el respaldo de Globomedia, importante productora dentro del sector audiovisual.

De ahí que se pueda permitir el lujo de contar una historia dramática con elementos de thriller, y ambientar algunas calles de Madrid y otros espacios como si se tratase de El Salvador: goza de un presupuesto enormemente superior con respecto al anterior.

También estamos hablando de dos cortometrajes que están dentro de la vía «Legal» y cuyo presupuesto siempre estuvo concebido para abarcar una amplia distribución y unos altos costes de producción, así como de salarios del personal (al menos en el caso de ‘Maras’).

Lo que queremos sintetizar, es que ya sean 500, 100, 50 o 20 euros con los que se cuente para realizar un cortometraje, que los realizadores sean conscientes de qué tipo de historia se puede contar con ese dinero, y cuál no, por muy elevadas que sean las ambiciones y la creatividad sea desbordante.

3ª/Clave: Ahora que sé cuánto me va a costar, ¿de dónde saco el dinero?

“No soy «anti-estudio». Como dije al comienzo del libro, agradezco que alguien me dé millones necesarios para hacer una película.”

Sidney Lumet ‘Así se hacen las películas’, 1999.

Independientemente de cuál sea el presupuesto, en determinadas ocasiones, si la historia quiere contarse de la forma adecuada, es decir, con la cantidad necesaria según el presupuesto, aunque esta sea ínfima, habrá que conseguir dinero.

Está claro que tal y como está el panorama laboral actual, es complicado poder conseguir encontrar un trabajo con el que financiar una gran producción, pero en esta vida hay que hacer sacrificios por el arte, parafraseando a Michael Rabiger, director de documentales: “Hacer cine siempre ha sido cosa de ricos.” Eso no significa que los que se dediquen a ello lo sean, evidentemente.

Un trabajo ya sea a jornada parcial o completa es una de las tantas soluciones de financiación. En el hipotético caso de que el cineasta o realizador no tenga responsabilidades añadidas: pagar un alquiler, gastos de manutención, etc. Por el contrario, hay otras vías de financiación entre las que destacaremos:

  • Crowfunding: es la más conocida por todos desde que se estrenara por esta vía ‘El Cosmonauta’, de Nicolás Alcalá, 2013. Hay diversas plataformas, siendo las más conocidas Verkami, Lánzanos o Indigogo, aunque cada una de ellas tiene una forma de proceder diferente.

Básicamente consiste en intentar conseguir mecenas que inviertan pequeñas cantidades en el proyecto a cambio de recompensas según su aporte económico. Es más recomendable utilizarlo para cubrir pequeñas partidas presupuestarias (gastos de dietas, transportes, alquiler de equipo) que para partidas salariales o destinadas a distribución o altas en la Seguridad Social; estas últimas corresponderían al corto «Legal», por supuesto.

  • Ayudas de las comunidades autónomas: son ayudas públicas, pero para ello es preciso que al menos haya un implicado en el proyecto que sea Persona Física (Autónomo) o Jurídica Privada, con el fin de poder acceder a las mismas.
  • Ayudas del ICAA: similares a las anteriores. Constan de un sistema de puntos y de criterios que van cambiando según el año, también tienen en cuenta aspectos como la temática de la obra audiovisual a la hora de seleccionar proyectos a subvencionar.
  • Inversión privada: no es inviable (que no fácil) dar con un inversor, alguien que quiera invertir en el medio audiovisual porque posee una sensibilidad artística, o porque le interesa desgravarse en determinadas actividades de carácter cultural, o sencillamente porque ve potencial en el proyecto y quiere financiarlo desinteresadamente. Muchos de ellos se hallan en los mercados de los Festivales de Cine más importantes, y lo mínimo que esperan es un buen pitching de venta, seguido de un flyer y un guión que ya esté listo para rodarse.

En ocasiones, también puede ser de ayuda tener un dosier, aunque no es estrictamente necesario si ya se tiene el guión escrito; conviene hacerlo si la idea está sin desarrollar con el fin de adaptarla a las tendencias y necesidades del mercado audiovisual.

Ejemplo: ‘Breaking Bad’, de Vince Gilligan, 2008-2013, supuso un boom dentro de la temática de narcos y que volvía a poner sobre la mesa el interés por la audiencia del tráfico de drogas. De ella emanaron toda una serie de continuadoras como ‘Narcos’ (2015-2017), ‘Snowfall’ (2017) o ‘Fariña’ (2018) en España.

‘Breaking Bad’, de Vince Gilligan, 2008-2013

Aunque quizás merecería un punto a parte: los Youtubers e Influencers, pueden convertirse en potenciales inversores. Esto no quita que sea complicado. Lo importante es hallar un punto de anclaje común con ellos, el por qué ellos que son creadores de contenido deberían molestarse en trasladar parte de su monetización a ti, desconocido realizador audiovisual que hasta la fecha eres un, con perdón, ‘Don Nadie’ en el sector.

Lo menciono porque es una vía que estoy recientemente a punto de intentar  explotar con un proyecto de cortometraje con el que llevo dos años buscando financiación, y que ya estoy a un 30% para poder sacarlo adelante. Para ello has de dar con el Creador de contenido idóneo. No importa en qué plataforma sea uno de los números 1, lo importantes es cumplir los siguientes requisitos con los que captar su atención:

  • Coincidencia de contenidos: esto exige lo que podríamos denominar perfectamente como un ‘Estudio de Mercado de Inversores’, y con toda seguridad, probablemente ya exista el término. Es importante conocer qué tipo de contenido producen los Creadores de contenido a los que deseamos proponer que sean mecenas de nuestro proyecto, y que lo consideren tan suyo como nosotros lo hacemos.

Eso sí, evitad a aquellos que tengan espacios o cuentas destinadas a la industria audiovisual, no es por sonar desconfiado, pero probablemente ellos empleen la monetización de su contenido para financiar sus propios proyectos.

  • Seguimiento de actividad: aunque podría ayudar, no requiere que os subscribáis a un canal (en el caso de los Youtubers) o que lo sigáis (si es un Influencer en Instagram), aunque no vamos a negar que esto ayuda. Lo que sí es interesante es likear aquel contenido que a vosotros os parezca que pueda coincidir con el de vuestro cortometraje.
  • Compartir su contenido: cuando un creador pide expresamente que se comparta un vídeo, o cuando se comparte una publicación con un hastag determinado, lo que se está haciendo es favorecer el posicionamiento interno del espacio de ese Creador de contenido; que es lo que realmente espera conseguir.

Este tipo de ‘acciones encadenadas’ son propias también entre ellos, normalmente un Youtuber suele recomendar vídeos de otros con los que tienen coincidencias en sus contenidos, o Influencers que retroalimentan su cuenta con el fin de llevar a cabo un trasvase de seguidores. En definitiva, todo suma.

Como realizadores audiovisuales, debemos adaptarnos a esta dinámica, aunque no seamos mecenas en el Patreon de ese canal de Youtube, el dar visibilidad a su contenido siempre nos permitirá que cuando llevemos a cabo un primer acercamiento no resultemos un desconocido a la vista.

  • Apoyo de una Escuela de Cine: también difícil que no imposible, y más si no has sido alumno dentro de alguna de ellas. Es una estrategia compleja, dado que una Escuela jamás financiará a un particular, a no ser que haya sido ex alumno, y aún con ello no debemos entenderlo como una financiación monetaria: sino de empleo de material o de espacios útiles para nuestro rodaje.

No hay que verlo tanto como en conseguir dinero a través de una de ellas, sino de conseguir material con el que poder ahorrarnos parte de la financiación que requiere nuestro presupuesto.

Actualmente el programa de Open ECAM, de la Escuela de Comunicación Audiovisual de Madrid, ofrece a sus diplomados y alumnos de posgrado el aprovecharse de las ventajas de su formación, y de la que como realizadores podemos aprovecharnos también, si en nuestro proyecto tenemos a un integrante del equipo que haya sido alumno. De ahí que siempre sea importante rodearnos de gente con formación o que se esté formando en un centro audiovisual oficial.

  • European Film Challenge: es otra vía mucho más indirecta de poder optar a una financiación (y de conseguir equipo), pero no deja de resultar un camino alternativo. Si queréis conocer más al respecto y de los beneficios que os puede deparar el intentarlo, consultarlo en su web: https://europeanfilmchallenge.eu/es/

4ª/ Clave: No es trabajar de gratis, es una asociación colaborativa

Probablemente ya hayas conseguido el dinero que tu presupuesto demanda para poder llevar a cabo tu cortometraje: un presupuesto en el que ya quieras hacerlo por la vía legal o de aprendizaje, es indiferente, seguramente no puedas permitirte pagar al personal.

Es duro, pero cada vez hay más críticas en la industria acerca del “trabajo no remunerado” que muchos profesionales hacen y que por ende, desprofesionalizan y deprecian el sector audiovisual.

Os puedo asegurar de primera mano que está afirmación es totalmente falsa, y que he visto a muchos “profesionales” en producciones de ficción de elevado presupuesto, cometiendo errores de estudiante de escuela, y alguna que otra solución chapucera digna de documental.

Si bien es cierto que lo propio sería que todo el mundo cobrase en un sector en el que es realmente complicado meter cabeza, sea por la vía que sea, también es cierto que hay mucha asociación colaborativa si el proyecto merece la pena.

Siempre me remito al caso de ‘Stockholm’, de Rodrigo Sorogoyen, 2013, film realizado con unos 240.000 euros de presupuesto, siendo la gran mayoría del mismo recaudado por Crowfunding, y en donde sé de primera mano que el equipo técnico, hasta donde me consta, realizó una asociación colaborativa, hablando en plata: no cobraron.

‘Stockholm’, de Rodrigo Sorogoyen, 2013

Esto es una circunstancia excepcional, dado que Sorogoyen ya tenía experiencia en televisión y había codirigido una película ‘Ocho citas’, junto a Peris Romano en 2008. Así pues, como no todos somos Sorogoyen, nos tocará hacer unas cuantas cosillas para conseguir esa asociación colaborativa de gente que se está formando o que ya está formada en el ámbito audiovisual:

  • Web del proyecto: eso incluye RRSS, aunque no tengas la financiación, o estés en proceso de obtenerla; si ya la tienes, mejor, conseguirás antes captar la atención de posibles colaboradores que se asocien contigo. Eso sí, ten el guión escrito y algunos otros aspectos de producción cerrados para que vean que el proyecto sigue en vía de desarrollo.

Importante: Jamás escribir el guión si no se tiene por seguro la localización en donde se enmarca la historia. Es decir, que la localización condicione el guión, y no al revés.

  • Espacios de Realización Audiovisual: en las distintas RRSS hallaremos numerosos grupos, especialmente en Facebook, de producción audiovisual a los que nos interesará adscribirnos en tanto en cuanto las características de ese grupo se ajusten a nuestro proyecto y al cómo lo produciremos.
  • Networking: asistir a eventos a meetings o encuentros para hacer contactos dentro del sector es lo más importante. Eso sí, habría que dejar constancia, que una vez dado con un contacto que resulte un potencial colaborador en nuestro proyecto; mimarlo en todo lo que se pueda, y acrecentar esa relación, sin tampoco tener por qué llegar a eclosionar en una amistad; establecer una relación de ‘colega de profesión’.

Actualmente la gente va a los eventos únicamente con el fin utilitarista de hacer contactos para conseguir sus objetivos, y eso está bien, pero el cuidar las relaciones con nuestros contactos, que a fin de cuentas no dejan de ser gente que también quiere hacerse su hueco en el sector, es igual de importante.

A continuación os adjuntamos un listado con todos los espacios de eventos a cuyos Newsletter os podéis inscribir con el fin de estar al tanto de cuándo se llevan a cabo los mismos:

– Producción Audiovisual.com: Blog.

– ADA: llevan todos los Networkings de Madrid

– AMA

– PNR

– Asesoría de Cine de Madrid

– Cineteca

– DAMA

– SGAE

– Cortogenia

– AICE

5ª/ Clave: Distribución no es sinónimo de exhibición

Aquí tendríamos que entroncar de nuevo a la naturaleza de nuestro proyecto, obviamente si se trata de un cortometraje «Legal», en el presupuesto lo mínimo que habremos contemplado es una partida de entre 1500-2000 euros para la distribución del proyecto.

Es decir, contratar los servicios de una distribuidora profesional que asegure que el cortometraje acabará seleccionado en una serie de festivales determinados y de prestigio que nos permitirán exhibir nuestro proyecto.

Distribuir no puede cualquiera, bueno, en realidad sí, a través de las plataformas como  Festhome y Movibeta pagando por inscripción a festival. Esta opción puede ser la más económica en el caso de que el cortometraje sea de Aprendizaje, hay muchos festivales de cortometrajes que aceptan trabajos no realizados por la vía legal; aunque claro, el premio que se obtendrá no tendrá la misma repercusión e impronta que uno de un festival oficial y el hecho de pagar la inscripción, no significa que la selección esté asegurada.

Por el contrario, si solo estamos interesados en la exhibición: Youtube es una de las opciones más viables, aunque con el nuevo cambio de políticas referidas a la instauración de Youtube Kids, la exhibición de determinados contenidos no calificados para menores dificultará el llegar a una audiencia mayor.

Por ello la recomendación es siempre subirlo a una plataforma especializada en audiovisual, como lo es Vimeo, también hay otras no tan vinculadas como Dailymotion o Flickr.

También si somos de la vía más tradicional y que favorece una forma de realizar indirectamente un evento de networking, es mediante una proyección en sala. Claro que los precios de proyección dependerán también de múltiples factores: duración del proyecto, si se cobrará entrada a los asistentes o no, etc. En cualquiera de los casos, hay pequeñas salas de proyección que siempre favorecen la exhibición de cortometrajes, he aquí las más destacadas en Madrid:

  • ‘Artistic Metropol’, calle de las Cigarreras, 6.
  • ‘Pequeño Cine Estudio’, calle Magallanes, 1.
  • ‘Sala Equis’, calle Duque de Alba, 4.

Por último, recomiendo encarecidamente, a todo aquel que quiera embarcarse en esta ardua y complicada tarea en que se moleste en invertir 16 euros en adquirir ‘Cómo se hace un cortometraje’, de Kim Adelman, de ediciones Rialp, que supone un valor añadido a estas cinco claves, que no son sino solo la punta del iceberg de todo el proceso que conlleva la producción de un cortometraje.

27/01/2020

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