El duelo mexicano y su huella en el cine

El épico duelo mexicano que Sergio Leone establece en ‘El bueno, el feo y el malo’, 1966, podría ser el punto de partida del mismo. Y es que desde aquel intercambio de miradas en el cementerio de Sad Hill, hemos asistido a una aliteración reelaborada hasta la actualidad.

Una secuencia para la posteridad del spaguetti wéstern de Leone.

Muchos espectadores habrán percibido el duelo mexicano en muchos films de acción, thrillers, o variantes subgenéricas; no es un elemento monopolizado por ningún género en concreto. Aunque, no negaremos que su huella está presente en una serie de producciones determinadas, y que consta a su vez, de unos rasgos característicos.

Y es que el duelo mexicano, no es solo la confrontación en sí, sino más bien, el cómo se genera el preámbulo. Sin lugar a dudas, un recurso fílmico que bien ejecutado, puede resultar brillante, y mal planteado; efectista y gratuito.

Fotograma del film británico ‘Free Fire’, de Ben Wheatley, 2016, una oda al duelo mexicano.

Del cara a cara a las tablas mexicanas

Antes de profundizar en los componentes del duelo mexicano, sería importante diferenciar adecuadamente qué lo distingue del enfrentamiento tradicional. Este a su vez tendría sus orígenes en el wéstern, aunque hay muchos films actuales que lo han conservado, los rasgos diferenciadores son evidentes.

‘Solo ante el peligro’, de Fred Zinneman, 1952, es un ejemplo de wéstern con un peculiar traditional standoff.

En el enfrentamiento tradicional cara a cara o traditional standoff, solo está compuesto por dos contendientes que se sitúan uno frente al otro. De esta forma, se elimina lo numeroso de los contendientes del duelo a la mexicana; se trata de una confrontación solitaria, austera y de cierta carga poética.

De ahí, que no sorprenda que algunos directores del wéstern se inspirasen en las peleas a catana de samuráis del cine japonés para estos enfrentamientos. Dado que hay una serie de códigos, que independientemente del tipo de armas, quedan interrelacionados entre ambos géneros. Y a pesar de los márgenes culturales entre ambos países.

Fotograma de ‘Harakiri’, de Masaki Kobayashi, 1962, obra cumbre del cine de samuráis.

El enfrentamiento tradicional se sustenta en la habilidad de los contendientes para desenfundar más rápido, en su precisión, y en sus revólveres. El duelo mexicano sigue una pequeña parte de estos términos e introduce otros que llevan a los contendientes a una circunstancia de tablas.

Componentes del duelo mexicano

Podríamos decir que el duelo mexicano es, en resumidas cuentas, una circunstancia de tablas en un enfrentamiento con armas de fuego. No obstante, sería conveniente mencionar primero cómo se llega a esta situación popularmente conocida como mexican standoff.

En primer lugar, habría que mencionar que casi todo duelo mexicano que se precie, tiene una conversación entre sus personajes, aparentemente tranquila. Lo dicho, aparentemente.

En ‘Malditos Bastardos’, de Tarantino, 2010, tenemos esa conversación en la escena de la cantina alemana.

El segundo paso sería cómo esta conversación suele derivar en una discusión que va in crescendo hasta dar lugar a una tensión entre todos los presentes. Inevitablemente, uno de los dos personajes que llevan el peso de la discusión termina extrayendo su arma; él otro hace lo propio. Se apuntan, pero los de su alrededor se suman; todos están en jaque.

Y, por último, y no menos importante, la confrontación del duelo mexicano, que únicamente da pie a dos tipos de resoluciones: una diplomática; todos bajan sus armas. Y otra violenta: todos se disparan.

‘Amor a quemarropa’, de Tony Scott, 1993, tiene otro mexican standoff para rememorar.

Comprobemos tres casos de duelo mexicano para ver cómo se cumplen hasta cierto punto estos parámetros, aún con sus variaciones:

1º) ‘The Killer’, de John Woo, 1989.

El film más recordado del hongkonés y que le hizo asentar cátedra acerca del duelo mexicano. Caracterizado por momentos de calma en los que de pronto asalta la acción, con momentos varios de enfrentamientos a la mexicana, donde nunca se sabe qué va a suceder.

2º) ‘Pulp Fiction’, de Quentin Tarantino, 1994.

Uno de los continuadores y perfeccionadores del duelo mexicano es sin lugar a dudas Tarantino. En prácticamente toda su filmografía hay alguna escena o variante del mismo.

Uno de los más recordados es el de ‘Pulp Fiction’, que deriva en clímax del film. Y en el que, además, se va a la contra de la expectativa: la no agresión como alternativa a un baño de sangre.

3º) ‘Wind River’, de Taylor Sheridan, 2017.

En este neowéstern, Sheridan, heredero del wéstern crepuscular asentado por Sam Peckinpah, ejecuta un espléndido duelo mexicano. En él se aplica una yuxtaposición subjetiva para obtener un efecto de desorientación en el público.

Llegando a aplicar rupturas de la regla de 180º, saltos de eje, así como diversos ángulos. Los colores de la vestimenta de los personajes, ayuda también a generar una confusión añadida al no poder distinguir quién es quién. La emboscada está servida.

17/11/2021

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