El sintoísmo y la tradición en El viaje de Chihiro

En films como La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro, se vislumbra claramente esta preocupación de Miyazaki por dar importancia a la cultura e identidad clásicas de su pueblo. Por ello en estos films estructura la historia haciendo especial hincapié en muchos de los elementos que conforman la tradición japonesa.

“Cada país posee una tradición que es necesario transmitir y preservar. Las fronteras se están aboliendo. Paradójicamente, los hombres que no tienen un lugar de pertenencia son despreciados. Un lugar es un pasado, es una historia. Pienso que los pueblos que hayan olvidado su herencia van a desaparecer”. Bertrand Rougier.

 

Esta cita define de manera perfecta la preocupación de Miyazaki por la recuperación de los valores tradicionales de la cultura japonesa. Un país interconectado con Estados Unidos durante la ocupación americana y obsesionado con el progreso y el desarrollo tecnológico. Fue inevitable que Occidente influyera en la vida cotidiana de las personas y que estas intromisiones ayudasen a que se desdibujara la cultura tradicional anterior.

En films como La princesa Mononoke El viaje de Chihiro, se vislumbra claramente esta preocupación de Miyazaki por dar importancia a la cultura e identidad clásicas de su pueblo. Por ello en estos films estructura la historia haciendo especial hincapié en muchos de los elementos que conforman la tradición japonesa.

Según Montero Plata (2014) Miyazaki se sirve de elementos concretos de la  cultura japonesa sin definirlos ni subrayarlos, y los integra en el relato. De esta forma parece que la película trabaja sobre el inconsciente colectivo, apuntando la idea de que la tradición se interioriza. Hecho que permite al publico no familiarizado, además, seguir el hilo narrativo hasta el punto de reconocerse.  Una labor importante y rico ya que, el trabajo con historias míticas, (pongamos como referencia cualquier viaje del héroe), permite a cualquiera un reconocimiento personal. Ya que, todos ellos, trabajan con la psique humana, en historias referentes a la pérdida de la infancia, paso a la madurez o de superación de una pérdida.

Volviendo al peso de la tradición, Miyazaki establece en El viaje de Chihiro una relación directa con la leyenda del Kamikakushi, propia del sintoísmo japonés, en relación a la desaparición de personas a manos de los Kami (deidades del cielo y la tierra que aparecen en los textos clásicos) o de los Tengu (ser antropomorfo con alas de pájaro, pico o garras de tigre).

El sintoísmo es la religión nativa en Japón. Se basa en la veneración de los kami o espíritus de la naturaleza. Algunos kami son locales, conocidos como espíritus o genios de un lugar en particular, pero otros representan objetos naturales mayores y procesos, por ejemplo, Amaterasu, la diosa del Sol. Actualmente el sintoísmo constituye la segunda religión con mayor número de fieles de Japón, sólo superada ligeramente por el Budismo japonés.

La fábula antes citada, habla de niños que se pierden en el bosque raptados por estos personajes y como un cazador encuentra años más tardes a la persona secuestrada, y ésta le relata cómo ha vivido.  Lo mismo pasa con Chihiro cuando, al principio de la película, se pierde con sus padres adentrándose por un túnel que les llevará al “bosque” de la fábula popular.

Miyazaki revela, ya desde el comienzo, dos piezas clave que nos indican que, lo que vamos a ver, es un relato mítico que se va a desarrollar en ese otro plano: el mundo de los dioses.  Es por esto que la historia comienza con la inclusión de dos elementos propios de la arquitectura sintoísta: los tori (pórtico de madera rojo que marca la entrada a un templo sintoísta o a un lugar sagrado) y los hokora (altares de piedra que simbolizan a una deidad menor y es reverenciada en el interior de uno mismo) que la familia se encuentra en el desvío de la carretera.

Imágenes:

Con estos detalles se configuran, en su totalidad, todo el relato que a partir de ahora vamos a ser partícipes. Un mundo de dioses donde, la protagonista, tendrá que superarse a sí misma.

Además, otra fuerte unión del relato con la tradición japonesa se encuentra en el hecho de que Chihiro entre a unos baños a los cuales los dioses van a descansar tiene relación directa con un antiguo rito japonés en el siglo VIII: el ritual de los “marebito”. Se trata de una celebración ancestral  en el que se escenifica la visita de los kami en la festividad de Año nuevo, con el fin de traer salud y bienestar a la gente del pueblo. Estos visitantes proceden de un lugar a otro del mar conocido como Tokoyo, país de la deidades adonde también iban los muertos.

Como podemos ver, Miyzaki no solo crea una obra esperanzadora, con la reinserción social última de Chihiro a su vuelta al mundo de los hombres, sino que se apoya en la tradición para acabar de configurar un relato nuevo, actual y  revolucionario. Se apoya en las fábulas y la cultura japonesa para darnos las pautas de cómo debemos mirar, a partir de los diez primeros minutos, la obra.

Bibliografía: 

Moreno Plata, L. (2014) El mundo invisible de Hayao Miyzaki. 5ª ed. Palma de Mayorca: T.Dolmen

 

                   

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