
De todos los géneros cinematográficos, es el cine de terror con toda seguridad uno de los más antiguos, y también denostados. Es algo paradójico, que el que fuera una de las bases primigenias de los orígenes del séptimo arte, se le considere un género de segunda.

Analizaremos concienzudamente la génesis del terror en la historia del cine, su desarrollo e impronta en la actualidad. Para ello partiremos de los orígenes del cine, con el fin de abordar su complejidad y riqueza de sus componentes esenciales.
Artificios y romanticismo, bases del terror
«Y en la profunda oscuridad permanecí largo tiempo atónito, temeroso… Soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido a soñar jamás.» – Edgar Allan Poe (1809-1849)
Sería, y es absurdo, disociar el terror del romanticismo, corriente cultural que afectó a todos los ámbitos artísticos durante el XIX. En donde, inevitablemente, lo onírico, lo mitológico, y lo fantástico, se entremezclaban para dar pie a un sólido conglomerado.

Este, sería la representación del quiebro de la psique humana, es decir, la manifestación plena del terror. En la pintura, algunos culpables fueron Francisco de Goya y Lucientes, así como Eugène Delacroix, entre muchos otros.
En literatura, es imposible no hablar de Byron, Mary Shelley, y por supuesto, Edgar Allan Poe. Fuentes de inspiración para el terror cinematográfico, que, sumado a la invención del cinematógrafo, serían el caldo de cultivo idóneo para el género.

‘La mansión del diablo’, de Georges Méliès, 1896, está considerado el primer film de terror de la historia del cine. Un cortometraje de tres minutos, que suponía la constatación de que, para generar estas historias, el artificio era un elemento ligado al mismo.
Esta tendencia del terror fue proseguida en Alemania dentro del expresionismo alemán. Algunos de los films originarios a destacar serían ‘El estudiante de Praga’, de 1913 o ‘El Golem’, de 1915. La cumbre de la estética para con el género llegaría con ‘El gabinete del doctor Caligari’, de Robert Wiene, 1920.

Sin obviar, la primera adaptación cinematográfica del ‘Drácula’, de Stocker: ‘Nosferatu, una sinfonía del horror’, de F.W. Murnau, 1922. Película fundadora de todos los films de vampiros. En Estados Unidos, Lon Chaney, impresionaría con sus increíbles maquillajes. Destacando los de ‘El jorobado de Notre Dame’, 1923 y ‘El fantasma de la ópera’, 1925, como importantes aportaciones al terror fílmico que se estaba elaborando.

Monstruos y bestias de la noche
Una vez se introdujo el sonido, el cine de terror cambió drásticamente. Al igual que el resto de géneros, el diseño sonoro favoreció que los artificios en torno al género, potenciaran su capacidad de sugestión sobre el público.
El Código Hays de 1930, daba pie a una larga censura que finalizaría en 1967, provocando que el terror, también tuviera que tornarse sutil. Fue aplicado en los Estados Unidos, y afectó gravemente a la industria. Y, sin embargo, los cineastas siguieron ingeniándoselas para asombrar al espectador.

Universal Pictures adquirió los derechos de los monstruos más conocidos de la literatura de terror, gótica y sobrenatural. Drácula, el monstruo de Frankenstein, El hombre lobo y el invisible, son solo algunos ejemplos que catapultaron a actores como Bela Lugosi o Boris Karloff. Los directores más sonados fueron Tod Browning, James Whale o Karl Freund; auténticos innovadores no solo del género, sino en la técnica cinematográfica.

En la década de los 50, sería la productora británica Hammer, la que se atrevería a traer de vuelta a estos seres del terror. Favoreciendo, gracias al contexto europeo inglés, un contenido más explícito y que abría más posibilidades al género.
Paralelamente, en Estados Unidos se combinaba terror y ciencia ficción. Los dos films clave serían ‘El enigma de otro mundo’, de Howard Hawks y Christian Niby, 1951, y ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, de Don Siegel, 1956.

Sangre nueva y tipologías del terror
El estreno de ‘Psicosis’, de Hitchcock, en 1960, supondría un hito del terror, al ser precursor de un nuevo subgénero: el slasher. En Inglaterra, ‘Suspense’, de Clayton, 1961, haría lo propio con el subgénero sobrenatural de casas encantadas.

No obstante, la caída del Código Hays en el 67, sería el colofón para el Nuevo Hollywood, y con ello, el nuevo cine de terror. Films cruentos, sin concesiones a la hora de tratar un elevado grado de violencia y temas tabúes hasta la fecha. Una figura clave será la del productor/director, Roger Corman, sobre todo en el ámbito de la Serie B. En Europa, tendrá su impronta el giallo en Italia, de la mano de Mario Bava.
Los renovadores del terror que emergen a finales de los 60 y que dejarán su huella en los 70 y 80, llevarán el género a su cénit. En Norteamérica, Roman Polanski, George A. Romero, John Carpenter, William Friedkin, Wes Anderson y Sam Raimi, serán los nombres más sonados.

Mientras que en Europa destacarán en España, las primeras figuras del conocido como fantaterror: Paul Naschy o Juan Piquer Simón. Tampoco podemos obviar el J-horror, o terror japonés, destacando Kaneto Shindô. Y en Italia la progresión del giallo continuó con Dario Argento y Lucio Fulci.
En lo referido a las tipologías del terror, podemos encontrar distintos subgéneros, que según la temática o el contenido varían. Y, es más, introducen elementos de otros géneros, y en ocasiones rebasa los márgenes o límites del propio, para retroalimentarse y reelaborarse:

- Slasher: uno de los más conocidos y populares. Proviene del término en inglés ‘slash’ (cuchilla en castellano), y son aquellos films de terror en los que un grupo de protagonistas es acosado por un asesino o ser que empuña un cuchillo o armas afiladas.

- Giallo: variante italiana del slasher, que también tuvo alguna connotación en otros países europeos. Habitualmente se distinguía de los anteriores, sin introducir necesariamente a adolescentes, más bien enfocadas en una intriga policial. La estética era marcadamente preciosista, siendo sus colores muy saturados.

- Thriller psicológico: sin necesidad de que intervengan elementos puramente sobrenaturales o fantásticos en su contenido. Estas películas poseen un tempo, una atmósfera y unas formas que entroncan con el terror, sin necesidad de que por ello resulten menos chocantes.

- Gore: su impacto no se genera tanto del mecanismo del jump scare (aun así presente), sino del que genera su violencia. Esta, en contadas ocasiones, se sobredimensiona, rebasando lo explícito.

- Posesiones o exorcismos: aquellas películas de terror en las que el eje central está en un espíritu o ente demoníaco que posee a individuos. Así mismo, la dinámica y práctica del exorcismo está implícito en la trama.

- Monster´s movie: como bien indica su título, van referidas a presentar a varios individuos que se enfrentan a un ente monstruoso. A veces, será uno de los individuos que se transformará en la criatura, y otras será la lucha del grupo contra el mismo o conseguir sobrevivir a varios de estos monstruos; las películas de zombies ejemplificarían este caso.
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