En los últimos años y debido a la gran demanda que generan las nuevas plataformas de difusión audiovisual, los creadores nóveles se han empezado a dar cuenta de la facilidad de exposición que ofrecen los medios web y el peso de la creatividad se fue redirigiendo hacia nuevos horizontes.
Antes los estudiantes recién horneados, incluso los aún en proceso de inmersión, al tomar la decisión sobre el medio a través del cual llevar a cabo sus ideas y mostrar su trabajo, se decantaban mayoritariamente por el cortometraje. Su limitada duración les permitía, con bajos costes y producciones humildes, pasar por un proceso de aprendizaje de creación sin tener que llegar al costoso largometraje.
Esto ha cambiado en los últimos años, las plataformas en la red permiten la creación de contenido para una difusión más intensa. Esto genera una cantidad desmesurada de obras, con una parte abundante de “contenido basura”, pero mucha otra llena de gran talento. Los creadores de historias vieron en las series web un método de expresión audiovisual libre, accesible, creativo y sobre todo, “viral”.
No quiere decir que el mundo del cortometraje se este muriendo, ni mucho menos. Cada año se producen una gran suma de cortos magníficos en nuestro país. Pero sí podemos decir que muchos de ellos son de gente con experiencia o incluso de directores de renombre, y son los nuevos creadores los que cada vez más abandonan este método para sumarse al mundo online.
Las pioneras “Cálico electrónico” y “Que vida más triste”, vieron una enorme oportunidad en las plataformas que ofrecía internet, y fue ahí, a partir de su gran éxito, cuando las ideas vieron un lugar nuevo al que dirigirse.
Posiblemente la “webserie” más famosa de nuestro país a día de hoy sea “Malviviendo”, ambiciosa serie de humor que fue creciendo a lo largo de los años hasta convertirse en una producción al nivel de la pequeña pantalla.
A esta podemos sumarle una larga lista de grandes trabajos creados para el formato web: Entre pipas, Lavida.es, Diario de un ego, Ruta 66, La supercafetera, Niña repelente, Croatian files y muchas más.
En definitiva, los cortometrajes y las webseries son dos formatos muy diferentes a través de los cuales mucha gente seguirá transmitiendo su talento. Y a pesar de la lucha que comentamos, la conclusión no va más allá de constatar que el abanico de posibilidades aumenta con el tiempo y enriquecerá el mundo audiovisual con nuevas formas y creadores.
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