
¿Nos divierte? ¿Nos entristece? ¿Es misteriosa? A esto responde el tono de una película. Y en contadas ocasiones, muchos cineastas que están comenzando, no se detienen a pensar en ello. Erróneamente, se concibe que una película que está calificada como cómica, solo te hará reír. Mientras que, si es dramática, las lágrimas están aseguradas.

A priori, esta premisa debería cumplirse en la medida posible a través del tono. El problema surge, cuando este elemento, que es indispensable, no está bien elaborado. Muchas veces se confunde con la atmósfera, y aunque están estrechamente relacionados, no son exactamente lo mismo.
De ahí que queramos dedicar este artículo a diseccionar el tono fílmico, con el fin de sugerir ideas para potenciarlo. Favorecer que creadores de contenido o cineastas en ciernes, sepan de qué se trata y puedan aplicarlo para establecer mejor los géneros que aborden.

El tono fílmico y su relación con el espectador
La percepción que el público tiene sobre la película que está viendo, viene condicionada por el tono fílmico. En resumidas cuentas, cómo la audiencia percibe o siente la historia que se le está contando.

Y no, no es que el tono sea una reacción subjetiva desde el espectador. Es un elemento fundamental de la narración audiovisual que hay que construir, y que, de no hacerlo, puede resultar perjudicial. ¿Por qué? Básicamente porque el público no comprenderá el tipo de historia que está presenciando.
Es una ardua labor, la del asentamiento del tono fílmico, y que inicia el propio guionista en la escritura del texto. De ahí el director, en colaboración los distintos directores departamentales, comenzará a fraguar el cómo trasladar ese tono narrativo y genérico a la pantalla.

Por tanto, no hay un único camino a la hora de establecer el tono de una película. Como en toda producción cinematográfica, se trata de una acción de carácter multidisciplinar. Y ello implica la colaboración de todos los departamentos asociados a la misma.
De ahí, que en el siguiente apartado vayamos a ver tres formas de establecer el tono desde el apartado directivo. Y que esperamos que sean de gran ayuda para aquellos proyectos que estéis a punto de desarrollar en ciernes.
Tres vías para remarcar el carácter del film
A continuación, vamos a explorar tres vías con las que asentar el tono de una película, y que permitirán marcar la diferencia. Como acostumbramos siempre, expondremos ejemplos con los que podréis comprobar de qué forma se puede llevar a cabo.
Quizás algunos consideréis que no os es posible implementar estas tres formas de transmitir el tono de vuestro film al espectador. Independientemente del presupuesto con el que contéis, sea formato cortometraje o largometraje: no es dinero, es ingenio. Y conceptualizar con visión artística y sin obviar lo narrativo.
- Luz: ‘Toro Salvaje’, de Martin Scorsese, 1980

En este frame en particular, podemos observar el cambio de luz, el combate hasta ahora se desarrollaba con una luz directa. Esta luz a dos hombres boxeando. Ahora uno de ellos, Sugar Ray (Johnny Barnes), es envuelto en sombras con una luz de contra que lo torna peligroso.

El brillo en una película tiene mucho que decir al respecto de su tono en lo que se refiere al estilo visual. Michael Chapman demostró su excelente hacer como director de fotografía en el empleo de la luz en ‘Toro Salvaje’.
2. Exposición: ‘El Padrino’, de Francis Ford Coppola, 1972

El medir la cantidad de luz a filtrar por la lente de la cámara, puede ayudar enormemente al asentamiento del tono. De ahí que Gordon Willis, director de fotografía del film, optara por intentar trasladar el claroscuro pictórico de Rembrandt a la imagen.
Willis generó una idea de contraste de los interiores, envueltos en los claroscuros de baja exposición. Así se refleja el mundo del hampa, en las tinieblas, mientras que, en la boda, la exposición es elevada. Es la constatación de dos mundos, interrelacionados, pero separados a la vista: el crimen y la familia.

3. Dirección de arte: ‘El resplandor’, de Stanley Kubrick, 1982

El decorado puede proyectar la cantidad de brillo que deseemos, pudiendo amoldar de esta forma también el tono fílmico a reproducir. En esta secuencia de ‘El Resplandor’, John Alcott, director de fotografía habitual de Kubrick, y Leslie Tomkins, directora de arte demostraron su sinergia.

Tomkins optó por un fondo del salón de fiestas, marcadamente oscuro, el fondo de Torrance (Nicholson). Mientras que la barra en la que Lloyd (Turkel) atiende al primero, es prácticamente un decorado aparte. De esta forma, Alcott podía aprovechar aumentar la luz en este contraplano.
Así Kubrick podía mostrar la seducción de Torrance hacia el mundo fantasmagórico del Hotel Overlook, a través de dos espacios bien diferidos.
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