
Existen toda una serie de innumerables técnicas cinematográficas, entre ellas destaca la noche americana como una de las más conocidas. Aunque es posible que a algunos os resulte familiar, en el presente texto, profundizaremos en los orígenes de la misma.

Y tampoco olvidaremos, los usos de la noche americana y su impronta. Para ello recurriremos como siempre a ejemplos visuales, y nos detendremos en los usos de la misma y su adaptación al cine digital actual.
Breve historia de la noche americana
Hallamos el antecedente de la noche americana en los films silentes de los orígenes del séptimo arte. La noche en el cine mudo era representada muchas veces, para distinguir las secuencias de días, con un filtro azulado.
Con el fin de distinguir las secuencias diurnas de las nocturnas, se recurría a un filtro amarillo. De este período, sin contar las de la década de 1900 o las primeras películas de los años 10, pocas copias han podido conservar los filtros.

El verdadero aliciente que impulsó la técnica de la noche americana, se vio condicionado por el carecer de suficientes horas de luz diurna. Esto se debió en parte a la prolongación de las horas en una jornada de rodaje.
Pero también respondía a la necesidad de obtener la nocturnidad, o la sensación de la misma. Y esto se debía a que las cámaras no podían captar imágenes en unas condiciones lumínicas tan escasas después del atardecer.

De ahí que la noche americana se popularizase tanto a partir de la década de 1970. Conseguía dar solución idónea a la falta de adaptación a la luz nocturna, lo que favorecía también una nocturnidad azulada muy característica.
Tal fue su impacto, que el propio cineasta de la nouvelle vague, François Truffaut, dirigió un film con el título de la técnica en 1973. Aunque la técnica aún se sigue empleando, sí que es cierto que la noche americana ha quedado prácticamente obsoleta con el auge del cine digital.

Fundamento y uso de la técnica
En esencia, la noche americana tiene una fundamentación bastante elemental a priori, pero no exenta de complicaciones. Como hemos mencionado con anterioridad, cuando se quiere simular la luz nocturna con diurna, se recurre a un filtro azul. En el caso de ser la fotografía en blanco y negro, se recurre a un filtro rojo.
Por supuesto, esto sería la base, para que la noche americana sea lo más efectiva posible es preciso tener en cuenta una serie de consideraciones. Tomar nota, porque algunas de las siguientes a mencionar determinarán una correcta o mala ejecución de la técnica.
- Filtros y… polarizador: quizás no sea tan necesario hoy en día los filtros para las tomas de noche americana de día. Pero lo que sí se recomienda es un polarizador. El polarizador puede resultar realmente útil para eliminar los reflejos tanto del cielo o del agua que resten credibilidad al uso de la técnica.

- Aprovechar la hora mágica: recomendamos encarecidamente hacerlo durante este período: la hora antes del atardecer y la media hora después del mismo). La luz es mucho más favorable en ese momento para la noche americana al ser más suave. También esto facilitará enormemente la corrección de color.

- El cielo es el límite: durante los primeros años del empleo de la técnica, se recomendaba no mostrar el cielo. La tecnología actual y el digital, permiten que ahora sea viable mostrar parcialmente el cielo. Excepto: si el sol está en lo alto, o si la luminosidad del cielo es demasiado brillante.
- Iluminación desde atrás: con el fin de evitar sombras duras sobre los personajes; sí el sol está en lo alto. Por ello, es importante situarlos de espaldas a la luz, dado que ese borde puede ser interpretado a posteriori por luz lunar.
- Configuración de la exposición: la ejecución de la noche americana nos pone en la tesitura de tener que subexponer la imagen. Es decir, hacerlo como si fuéramos a grabar de noche realmente. Esto evitará disgustos durante el proceso de etalonaje.

Ejemplos de noche americana en cine
- La noche del cazador (Night of the hunter), de Charles Laughton, 1955

El clásico de culto, y único film dirigido por el actor, Charles Laughton, tiene contadas secuencias con noche americana. Así mismo, apoyándose en las herramientas y útiles de la época, consigue un efecto casi de pesadilla.
2. Heat, de Michael Mann, 1995

En este thriller contemporáneo, Mann realizó muchas tomas de noche real; es más, el clímax de la película ocurre en la nocturnidad. No obstante, también grabó secuencias como esta, empleando la noche americana, dotándola de un sentido poético y hasta cierto punto, existencialista.
3. Mad Max: Furia en la carrertera (Mad Max: Fury road), de George Miller, 2015

En esta nueva entrega de su saga de road movie posapocalíptica, Miller demuestra lo que se puede conseguir con la tecnología actual. La noche americana en el film gana mucho más en matices. Si el desierto durante el día los inunda en una saturación quemada; la noche los envuelve en un océano de sombras.
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