Al igual que en la pintura y, sobre todo, en la literatura, el metalenguaje, metadiscurso o metaficción también existe dentro del mundo del cine. El cine desde dentro es lo que conocemos como «metacine».
Pero, ¿en qué consiste exactamente el metacine? ¿Qué películas tratan al cine como tema principal de su historia?
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¿Qué es el metacine?
El metacine es el ejercicio cinematográfico que permite al cineasta reflexionar sobre su medio de expresión a través de su práctica, en el que el cine se mira al espejo con la pretensión de conocerse mejor. Es decir, cine sobre cine.
La crítica literaria Patricia Waugh propone para metaficción: «el común denominador de esta práctica es cómo se crea ficción al tiempo que se hacen declaraciones sobre la creación de esa ficción». Waugh, además de esta definición, nos propone una idea que puede resultar reveladora, y es el hecho de que son dos los procesos que conviven en este quehacer: por un lado, la creación y, por otro, la crítica.
Aunque parezca que el metacine haya nacido con la posmodernidad cinematográfica, más bien se trata de una tendencia que ha recorrido la historia del cine. Viene practicándose desde sus orígenes, posiblemente debido, como acabamos de ver, a la influencia ejercida principalmente por el medio literario. Ahora bien, lo cierto es que con la posmodernidad ha alcanzado mayor popularidad; hasta tal punto que podemos afirmar que la práctica metacinematográfica es uno de los síntomas de la misma.
Ejemplos sobre metacine
The Artist (Michel Hazanavicius, 2011)
Este filme francés, ganador de cinco Oscars, se trata de un drama y comedia romántica presentado como cine mudo en blanco y negro, en el que se nos cuenta la historia de un gran actor del cine mudo y de una exitosa actriz en Hollywood cuando el mundo del cine mudo comenzaba a ser cosa del pasado y aparecían las primera obras de cine sonoro.
Es una película dinámica, nada difícil de ver a pesar de ser una película muda, por su narrativa y banda sonora, y por ser un muy buen ejemplo para disfrutar del metacine.
El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950)
Este clásico del cine negro ganador de 3 Oscars, también conocido como Sunset Boulevar, nos muestra la decadencia del cine en los años 50, cuando el cine mudo ya se ha convertido en «agua pasada». Billy Wilder pretende mostrar con este filme la cruda realidad de la industria de Hollywood a través de la protagonista Norma Desmond, una vieja gloria del cine mudo que no asume que sus días de gloria han llegado a su fin con el cine sonoro.
La historia está narrada con la voz en off del protagonista masculino y todo se cuenta a través del flashback, recurso típico del noir.
El ladrón de orquídeas (Spike Jonze, 2002)
En este filme el metacine va más allá, pues la historia trata de un guionista que tiene la tarea de escribir un guion y cuyo personaje está basado en el guionista real de la propia película, Charlie Kaufman.
Nicolas Cage es el actor que da vida a este personaje al que no se le ocurren ideas para el guion, y a su gemelo, el cual está lleno de ideas.
Ed Wood (Tim Burton, 1994)
Este filme se trata de un biopic sobre Ed Wood, el peor director de la historia del cine de terror y horror, incluso podríamos considerarlo director de cine B. Si bien se merecía un homenaje de tamaña calidad artística, no por su talento, sino por su empeño, pasión y optimismo sin freno a la hora de realizar películas, como bien podemos ver en la película.
Especialmente deliciosa la composición que Martin Landau realiza de un Bela Lugosi atrapado por la demencia y el chute. El mejor Burton en honor al rey del bizarro.
Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988)
Cinema Paradiso, además de ser un ejemplo de metacine, es un clásico digno de aparecer en todas las listas de «películas que ver antes de morir» por sus personajes, la calidez de su trama, su banda sonora y el amor por el cine dentro de la trama.
Esta película, ganadora de un Oscar, nos cuenta la historia de Salvatore, un gran director del cine italiano que vuelve a su ciudad natal donde descubrió de pequeño el amor por el cine y la magia de este gracias a Alfredo, el operador del proyector del cine del pueblo, quien se convierte en una figura paterna para Salvatore.
Ocho y medio (Federico Fellini, 1963)
El amor por el cine y las mujeres son el eje de la película de Federico Fellini. Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale o Barbara Steele son nombres de gran peso que maneja el mítico director italiano en esta película sobre un cineasta retraído y sin ideas. Lo que ha hecho Almodóvar con su ‘Dolor y gloria’ tiene puntos en común con este clásico inmortal que para muchos es el más personal y el mejor largometraje que trata sobre el cine.
Muy buen reportaje👏👏👏👏👏Me ha transportado a mi infancia en la que las películas tenían grandes bandas sonoras, y el término lo desconocía. Muy bueno Carmen!!